miércoles, 29 de agosto de 2012

Retomando viejas costumbres.

¿Sabéis esa sensación de no tener nada claro? Pues así es como me siento yo el 80% del tiempo.
Vivo rodeada de gente que cree conocerme, que le encanta hablar pero no saben escuchar. Odio esa clase de personas que te dicen, venga va cuéntame qué te pasa, y empiezas a desahogarte para que de repente te corten y empiecen a contarte su vida, interrumpiéndote y además dejando bien claro que les importa una mierda por lo que estabas decaída. De verdad, ¿tanto os cuesta quedaros callados un rato e intentar compenetraros con otros?.
Es algo que realmente me saca de quicio. Somos egoístas y prepotentes, primero nosotros y después el resto, y eso no funciona así.
Por suerte siempre queda alguna persona, que al menos lo intenta. Que trata de ayudarte, te escucha y además con interés, aunque no te conozca en persona, aunque no le afecte, pero te tiende la mano y te ofrece un momento de calma, para que te relajes, te desahogues y sientas que al fin y al cabo no estás sólo completamente.

Hoy quiero agradecer de corazón a esas personas que saben escuchar el tiempo que dedican a los demás. Más que nada porque últimamente parece que están en extinción.





M.