miércoles, 14 de diciembre de 2011

~140.

21:00 h de la noche, entro por la puerta de mi habitación y me tiro sobre la cama. Suspiro, enciendo una barilla de incienso y cierro los ojos, Norah Jones suena de fondo haciendo el ambiente más ameno.
(http://www.youtube.com/watch?v=tO4dxvguQDk&feature=fvst)


¿Sabes? A veces pienso que cuando yo hablo, el resto del mundo grita, y mi voz queda enterrada entre tal cantidad de ruido que, al final, sólo unos pocos pueden llegar a escucharme.
Es como si estuviera encerrada en una sala, y cada vez que intento decir algo las palabras rebotasen contra la pared, yo intento gritar, pero ocurre lo mismo una y otra vez... Y sólo en ocasiones contadas, notas que hay alguien al otro lado de esas paredes, alguien que está dispuesto a escucharte, que muestra verdadero interés por saber qué es lo que con tanta insistencia quieres contar al mundo.
De modo que pega su oreja a la pared y ya no hace falta que eleves la voz, un susurro basta, aquellos que de verdad lo deseen seran capaces de escuchar tus palabras como si estuvieras gritando.
Cuando esto sucede, como por arte de magia, una sonrisa se dibuja en mi rostro, se me enternece la mirada y la opresión que el murmullo de los demás ejercía sobre mi, desaparece.
Pero no creais que  es fácil encontrar a alguien que este dispuesto a pegar su oreja a la pared de tu sala, muchos lo intentan, pero no son capaces de entender nada. Paciencia. Siempre hay una persona que conoce el verdadero significado de la palabra "escuchar" y que sabe llevarlo a cabo. Todo es cuestión de tiempo...



Little M.

2 comentarios:

  1. Tienes muchísima razón! Y además la metáfora además de original ha sido super visual. Me encanta!

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  2. Me has dejado sin palabras con el texto! no lo había pensado de esta forma y me parece excelente!
    Saludos!

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