Se esfuerza por disimular ese brillo en la mirada cada vez que huele a él, y aquella vez que una lágrima cargada de sonrisas quiso escapar de sus ojos para ser la primera derramada por felicidad.
Y sobre todo, no quiere que se de cuenta de que la encanta acurrucarse sobre su pecho y sentir su calor. Sentir, que necesita que la proteja, que la cuide.
Porque no quiere que sepa que es totalmente dependiente de él, de sus labios, de las constelaciones que forman sus lunares, de sus pestañas y de cada poro de su cuerpo.
Parce que Je t'aime.
Little M.
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