Tierna, a veces la podías ver acurrucada en el sillón pidiendo una buena ración de mimos. Las peleas de almohadas eran su pasatiempo favorito, las cosquillas la cambiaban por completo y podias ver el grado de felicidad que sentía en el momento según lo achinados que estuvieran sus ojos.
Era algo exigente, pero a decir verdad no pedía demasiado. Tan sólo tener alguien con quien compartir las castañas asadas en invierno, alguien que la hiciera evadirse de la realidad, y que de vez en cuando, la regalase un abrazo de oso.
Soñadora hasta la muerte. De mente inquieta, incapaz de mantenerse en el mundo real más de 1 hora, siempre necesitó alguien que la pusiera los pies en la tierra en algunas ocasiones.
...Y esque si la paran los pies, la salen alas.
Little M.
Me encanta en la forma en la que escribes, leerte es como...wala.
ResponderEliminarY por cierto, la última frase...gfrvrfdgbtfrh x_x