miércoles, 2 de marzo de 2011

~102.

Muchos pensaron que estaba loca, que sólo quería llamar la atención. Pocos supieron ver todo el dolor que había ante ellos. Todas las lágrimas que derramó cuando nadie la veía, la angustia de no saber como afrontar lo que su forma de ver la realidad conlleva, el miedo a ser rechazada al pedir ayuda y lo indefensa que se sentía.
Día tras día, esperando a estar conforme con la imagen que se reflejaba en el cristal de los portales. Pero una y otra vez fracasaba, volvía a caer. A cada minuto que pasaba se veía más sola, de manera que aumentaba un poco más su obsesión.
Era como estar metida dentro de un bucle de subidas y bajadas de ánimo constantes.


Y entonces, apareció él. Con sus soluciones estúpidas y sin sentido, pero que la sacaban la más sincera de las sonrisas. 
De hecho, me atrevería a decir que tenía la sonrisa más bonita que jamás haya visto, tan dulce y cálida, tan parecida a ella.






Little M.

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