martes, 24 de agosto de 2010

~43.

Entonces te das cuenta de que la echas de menos, de que no fue un hasta luego si no un claro adiós.
Empiezas a recordar cada momento en el que no la valoraste y ahora, justo ahora, es cuando vas a empezar a hacerlo. Tarde para variar.
Te aferraste a tu tesoro, creaste demasiados lazos que a día de hoy ya están rotos y despedazados.
No intentes llevarla de nuevo contigo, ambos sabéis que no va a funcionar. Los errores se cometen una vez, no dos.

Ahora la toca experimentar nuevas sensaciones, darle la oportunidad a otra persona de hacerla sentir viva.
Es joven y risueña.
Tus remordimientos por haberla dejado marchar durarán un tiempo, pero tarde o temprano te olvidarás de su olor, de su risa, de su voz y la forma en la que te acariciaba cada poro y se quedaba embobada mirándote.
Y llegará el momento en que solo te quedará el recuerdo borroso de una chica que en su día te hizo sentir algo que nunca imaginaste, algo que creías que solo eran mariconadas que salen en los libros moñas que le gustan a las niñitas, una chica que logró sacar de ti lo mejor y lo peor. Una chica peculiar.




Little M.

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